lunes, 4 de enero de 2010
La fruta prohibida
Un día como hoy pero hace 367 años nació Sir Isaac Newton. Claro, no nació Sir... Tal título se le otorgaría mucho tiempo después. Uno de los científicos más importantes de la historia por sus descubrimientos, sus experimentos con la luz y por sobre todo por establecer las bases de las leyes de la mecánica clásica y la ley de la gravitación universal; además de sus aportes a la matemática.
Y por su puesto, como su trascendencia lo indica este hombre legendario trae consigo una leyenda, y ésta es la historia de cómo se le ocurrió pensar en la teoría de la gravitación universal. La respuesta: una manzana.
A continuación resumo la nota de Página/12 del siguiente enlace: La manzana de Newton
"La versión más popularizada es que, al ver caer una manzana de un árbol, Newton cayó en la cuenta de que la Tierra atraía a las cosas hacia sí, como si a lo largo de los siglos no se hubieran visto caer manzanas, peras, nueces, duraznos, cocos, bananas, martillos, vidrios, cucharones y tantos otros implementos de cocina que no contribuyeron precisamente con sus caídas a aclarar los mecanismos del mundo. [nota del blogger: casi como si Newton hubiera inventado la gravedad... antes de él la gente se debia atar a la cama para dormir, porque no había gravedad - sutil chascarrillo del amigo Fernando Messore]
En realidad, el asunto ocurrió de otra manera...
Newton forzado a la ociosidad por la epidemia que azota a Cambridge, se ha sentado bajo el manzano a reflexionar sobre los mecanismos del mundo; sabe, por Copérnico, que el Sol ocupa el centro del sistema; sabe, porque lo explicó Galileo con su ley de inercia, por qué no salimos disparados de la Tierra al moverse ésta; sabe también cuál es la ley que rige la caída vertical, por la fuerza que ejerce la Tierra y que ya se denomina gravedad. Sabe, gracias a Tycho, que las esferas de cristal son quimeras, y a Kepler que los planetas rodean al sol describiendo elipses y que Kepler, para explicar la razón, inventó una fuerza de tipo magnético, tientos o nervios, que salían del Sol y los empujaban hacia el costado. Mientras tanto, la Luna brilla en el cielo, en pleno día. Y entonces cae la manzana de la rama de un árbol. ¿Por qué ha caído la manzana? Porque la gravedad de la Tierra tiró de ella hasta el suelo, según la ley de Galileo. Atónito, Newton se pregunta si la manzana hubiera caído de haber estado situada en una rama más alta. ¿Qué habría ocurrido si la manzana hubiera estado unos metros más arriba? ¿Habría caído? Naturalmente que sí. ¿Y si hubiera estado un poco más arriba aún? Lo mismo, por supuesto. Entonces... ¿hasta dónde llega esa fuerza de gravedad pues?
¡Probablemente hasta el límite de la atmósfera! ¿Pero esto tiene sentido? Claro que no. Si la manzana ubicada en el límite de la atmósfera cae, ¿por qué no habría de caer si está situada unos centímetros más arriba? ¿Acaso la gravedad se corta de repente?
Es decir, piensa Newton, la gravedad llega hasta muy arriba, por ejemplo hasta la Luna. Pero si la atracción terrestre alcanza a la Luna y tira de ella hacia sí, eso significa que la Luna también está cayendo, sólo que lo hace de tal manera que esa caída permanente se convierte en un permanente girar.
La misma fuerza que tira de la manzana es la que hace girar a la luna alrededor de la Tierra.
No hay una fuerza especial para los astros: la fuerza que mueve a la Luna alrededor de la Tierra es exactamente la misma que hace caer la piedra al suelo: la gravitación. De un solo golpe, Newton unifica la física del mundo, al establecer que dos fenómenos que en principio no parecen tener nada que ver, responden a una sola e idéntica causa. Sobre la Luna, como sobre la manzana, actúa una sola y la misma fuerza, que tira hacia el centro de la Tierra. No es una fuerza que empuja hacia el costado, sino una fuerza que tira hacia el centro. Y del mismo modo el Sol tirará de los planetas hacia su centro, y algo parecido ocurrirá con las innumerables estrellas cuya naturaleza no conoce.
Una manzana ha caído y ha unificado las leyes del mundo, imprimiendo en la mente de Newton la ley de gravitación universal."
W. Stukeley (Memorias de la vida de sir Isaac Newton): "Tras la cena [el 15 de abril de 1726], con clima agradable, salimos al jardín él [Newton] y yo a tomar el té a la sombra de unos manzanos. En la conversación me dijo que estaba en la misma situación que cuando le vino a la mente por primera vez la idea de la gravitación. La originó la caída de una manzana, mientras estaba sentado, reflexionando. Pensó para sí ¿por qué tiene que caer la manzana siempre perpendicularmente al suelo? ¿Por qué no cae hacia arriba o hacia un lado, y no siempre hacia el centro de la Tierra? La razón tiene que ser que la Tierra la atrae. Debe haber una fuerza de atracción en la materia; y la suma de la fuerza de atracción de la materia de la Tierra debe estar en el centro de la Tierra, y no en otro lado. Por esto la manzana cae perpendicularmente, hacia el centro. Por tanto, si la materia atrae a la materia, debe ser en proporción a su cantidad [la masa]. La manzana atrae a la Tierra tanto como la Tierra atrae a la manzana. Hay una fuerza, la que aquí llamamos gravedad, que se extiende por todo el universo".
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